LOS OJOS
Ayer me abrace a mi misma.
Tú no estabas….
Precisaba el contacto de un cuerpo.
Sentir latir un corazón humano,
y sentirme viva…
Miraba al horizonte, allí donde el cielo y el mar se unen en profunda armonía.
Y lo sentí…Sentí que me miraban, me gire esperando ver a mi amado, pero no….
Unos
ojos me observaban desde arriba, entre las nubes, con una mirada severa
y profunda; como cuando era niña y mi padre así me miraba por que había
sido mala.
Aterrada,
me quede paralizada unos instantes, pero logré entrar en la casa, no
era posible, lo que mis ojos veían, debiera ser que alucinaba, ¿me
habría dado el sol
demasiado en la cabeza?, me tranquilice al rato, pero quería saber si yo estaba loca; fui
a mirar por la ventana, y allí seguían esos ojos, aún mas cercanos
mirando la casa fijamente, mi racionalidad, me decía que aquello fuera
solo un efecto óptico, pues no tenía lógica.
Largo fue el día y al atardecer..., aún aterrada, salí al porche para observar de nuevo, esos
ojos en el cielo que me observaban, suponía que no solo a mi, sino a la
humanidad, no creía tener la exclusividad de esa mirada, que ahora ya
no parecía severa, sino que con la luz macilenta en que aparecían las
sombras, era aterradora.
Sin
nubes ya, las estrellas empezaban a brillar, no había luna esa noche,
pero si unos ojos que nos juzgaban, no era una mirada fija, los ojos se
movían y parpadeaban.
Estaba
sola en la casa de la playa, y sin nadie a quien acudir, esperando que
llegara mi amado por la mañana, tal como me prometió. Y Aunque llamara a
alguien, seguro que me tomaban por loca, hasta yo misma pensaba que así
era y queriendo creer que no podía ser real, pero ahí estaban… estaba
agotada quería dormir pero no podía, cerraba los ojos y sentía como si
su mirada atravesara la casa.
Esa
noche rece y rece, baje todas las persianas de la casa y me tape la
cabeza con una manta. Al fin logre dormirme, a ratos, pero dormí. El
rugir de las olas me acunaba y me acompañaba. Por la mañana desperté
agotada, pero viva. Sonó el teléfono, era mi marido que me indicaba que
ya había salido y estaba a medio camino para reunirse conmigo.
- Todo bien .., me preguntó
- Si cariño todo bien, solo que no tardes, tengo que contarte algo, una
pesadilla que he tenido y aún tengo miedo, parecía tan real amor, así
que no te demores.
En
realidad, todo el día fue una pesadilla, se engañaba asimisma, para
estar mas tranquila, pensaba de verdad que se había quedado dormida y
todo lo había soñado, pero parecía tan real… Y es que no podía ser de
otra forma.
Desayunó
y arreglo un poco la casa y se preparó para cuando su amor llegara,
abrió las persianas y dejo entrar ese sol tan esplendido que lucia y el
rumor del mar de fondo.
Se sentó en el porche a leer tranquilamente y tomar el sol, era primavera y la temperatura era ideal.
Una
ráfaga de aire, le hizo volar el sombrero que llevaba para leer sin
reflejos, se levanto y lo vio rodar por la arena, hacía la orilla. Y se
fue tras el, no quería que se echase a
perder, pues le gustaba mucho. Logro atraparlo se agacho y al
levantarse para ponerse el sombrero, los vio nuevamente, estaban allí
tras ella tan cerca que casi podrían tocarse con la mano, el tamaño era
monumental. Se quedó petrificada en la arena.
Hoy
la mirada era benevolente, y vio imágenes en las pupilas, parecían
pantallas de cine, vio imágenes dolorosas, gente muriendo de hambre,
guerras y matanzas horribles, desastres naturales, y también las
sonrisas de niños y a gente feliz.
y
mucho mas...Carreteras con atascos, aviones volando, bellos parajes del
mundo donde el hombre aún no había conseguido agredir la naturaleza. Y
de pronto vio un coche accidentado, lo reconoció inmediatamente, era el
de su marido, y vio como estallaba en llamas. No pudo ya ver más, cayó
fulminada en la arena, su corazón no pudo aguantar tanto dolor.
Los ojos fueron evaporándose en el aire quedando ella allí tendida y acariciada por las olas que ya no lograron despertarla.
Geli
Angels Martínez
Marzo 2012
Es muy dulce. Es como tener un acompañamiento muy especial para el último momento. Me encanta
ResponderEliminarun abrazo
Gracías Toni, gracías por tu comentario, no se si calificarlo de dulce ese acompañamiento hasta el final, pero puede que en cierto modo lo sea, hay maneras mas terribles de morir.
ResponderEliminarUn abrazo